“El lugar de los desamparados”, lo supo bautizar
un notable muchas décadas atrás, o lugar para esconderse,
la dictadura cívico-militar puso en jaque
a todo tipo de militancia -y balnearios como
estos-, tanto por la desolación en el invierno
como en el conglomerado del verano, ¡los hacían
ideales para ocultarse!
Donde el amparo, nunca es por llegar hasta aquí
-sino por lo dejado-, y la distancia puesta respecto
¡a un allá peligroso por el hecho de pensar distinto
a esos milicos en el gobierno!
En un mundo centrado en lo material de las cosas,
“andar en bicicleta” puede entenderse -como
un acto de resistencia a la industria del consumoporque
poder comprarse un coche viejo, de esos
que abundan en el pueblo -el no hacerlo-, signifique
una carga ideológica.
No obstante, “los desamparados no dejaron huellas”,
no hubo grupo o algo que los reuniera -pero
de hacerlo-, seguramente “jamás formaran parte
de esa horda condescendiente con los poderosos
del balneario”.
El interesante texto “El decir y lo dicho”, señala
que la palabra -no puede dársela a todos- y en
consonancia, otro notable decir “no se debe derrochar
a la verdad” por el cual se debe elegir al
interlocutor como inicio del “polemos heracliteano”
u ofrecer a quien lo merezca -una verdad-,
siempre más cerca del desamparado que de la viandad repetidora de lo dado.
¿Que estamos señalando?, a la bases de la cultura
Occidental: ¡a la palabra y a la verdad!, eminencias
distante de los rituales instalados en bares y
cafés -céntricos en la Avenida tres-, la elucidación
de la palabra y luz del pensar, ¡jamás acudan
en tales habitué!
“No diré mi nombre”, le dice a Nicanor -autor del
trabajo antropológico-, investigación de campo
entrevistando a “invisibles resistentes”, épocas
-con un Pidal en la cabeza del gobierno en el
pueblo-. No te daré mi nombre -vuelve a repetir-,
solo pon que “soy un desamparado” y te diré
sin rodeos mi intensión: desenmascarar algunas
cosas.
“Poner en entredicho el decir -interesado en este
pueblo”, como el sostenido que dice -el fundador,
construyo a Villa Gesell-, bueno, eso no fue
así. Porque él no hizo las casas, ni manejo la pala
para abrir las calles sino que “lo que se dice que
él hizo” no es más que el priorizar de la idea -lo
inteligible-, mientras -lo sensible-, fue hecho por
sus peones alemanes y paisanos, tal como sucedió
con la primera casa que hoy es el Museo, y
con La Golondrina también por ser una prefabricada.
Y a principio de los cincuenta, mandar a
construir lo que hoy “es el chalet”.
Y en este camino de ensalzamiento popular también
desenmascarar al pionero, -según el decir
del auto definido desamparado-. Las historias de pioneros ¿lindo no?, “la compartida tarea y visión
con el fundador”, es mera mentira local, se
trate de una falsedad, porque uno mandaba desde
la aureola de su poder y el otro, obedecer por
la necesidad de su carencia.
Jamás hubo nada en eso de compartir visiones
pues ¿sabes lo que es en el fondo un pionero?, un
desclasado y lo que -sí compartia- fue la misma
condición con los otros trabajadores provenientes
de Madariaga.
La inferencia es simple, si vienes por aquí ¡es
porque no tienes trabajo en donde vives!, mira,
los mecanismos de retención de los trabajadores
rurales en las inmediaciones de las estancias y
unidades productivas, “fueron las bases demográficas
de los pueblos”, así -esta población rural
de peones-, sufrió el pendular “retención-migración”.
“Los pueblos del campo, los pueblos rurales”
aportaron insumos, materiales y mano de obra a
esa ¡febril condición de la apertura de los balnea
rios en la costa bonaerense!, (Madariaga y Lavalle),
y desde ahí, surje la primera oleada en esosbalnearios
como población propia -algo que se
repite-, a lo largo de todos los pueblos costeros
(partido de La Costa, Pinamar y Villa Gesell).
Estos primeros habitantes, procedentes de otros
lugares deciden comprar terrenos y construir sus
viviendas teniendo en cuenta el flujo constructor
que el flamante espacio demanda.
¿Un pionero es un lumpen?, sé que no es una
definición muy grata para aquellos a los que se
les hizo, se les hace y se les hará honores por ser
tales......
“Porque no hay nada en especial en ellos y te voy
a decir algo provocador”, lo que si hubo algo de
especial en su hacer, ¡eran los nazis de aquella
época en esta región!, ¡ellos hacían lo que hacían
con un ideal de por medio!, ocultarse y desde ahi
generar las condiciones para volver a posicionar
al Tercer Reich.
Más allá que los Nazis -y por acá se lo considere
mito urbano-, lo que no puede dudarse es la presencia
de alemanes por aquí, entonces, ¿alemanes
si y nazis no?, acá en las zona de Madariaga
y de Villa Gesell existieron cantidad de alemanes.
Dos cuestiones Nicanor para que las consideres:
¿todo alemán era nazi?, y si los hubo ¿qué significado tuvieron?
“Las pruebas” son ese controversial hecho de lo
que se murmura por años, ¡que no hay pruebas y
todo son meras conjeturas! -pero considera algo-
, si nos situamos en los años cuarenta, es cuando
se adquiere la chacra en Madariaga llamada La
Elvira -se sabe hoy-, que fue toda una puesta en
escena “por ser comprada por agentes encubiertos
de las SS para conseguir una especie de cabeza
de playa e instalarse”, y así, los espías emplazaron
una base de comunicaciones clandestina .
“Para tu información más detallada”, al lugar se le cambia de nombre y entre ellos le llaman La
Otilia, se pone una prefabricada para operar desde
ahí. La Otilia -era una base que informaba y
preparaba condiciones-, para el arribo de compatriotas
a Madariaga y en la zona, después, el
Ejército tomará la posesión de la estancia y le
cambia el nombre y le llama: La Federal, conservada
hasta hoy.
“Todo eso de compra de la chacra fue una maniobra”,
una cortina de humo, hasta el punto de
poner a una pareja de alemanes -con conocimiento
en agricultura-, y trabajar la chacra. En el
fondo, en esa estancia existía una base secreta de
comunicaciones en conexión directa con Berlín.
¿De dónde saca tal información?
“Un viejo nazi -ya fallecido- que vivió en barrio
Norte me lo supo decir”, el país fue una suerte
¡de tierra prometida para ellos!, la simpatía por
el gobierno de entonces “para con el eje” era evidente,
y si miras los cascos de los soldados de entonces,
-verás cascos del ejército alemán-.
-Córdoba, Bariloche, Misiones y el sur del país,
fueron las provincias elegidas-, y pueblos de
aquellas época como Madariaga-, eran ideales
para construir una red “al servicio de la comunicación
entre ellos”. Pero lo que te digo ¡no es una
invención mía! sino que está a la vista y que se
encuentran en diferentes link, blogger o redes
sociales.
Gracias a Internet, la circulación de documentos,
datos y comentarios al respecto ¡es fabulosa!, después,
haces tu trabajo uniendo y atando cabos.
Por ejemplo, -hipotetizar que en los años cuarenta-,
se prepararon por aquí las condiciones para
ocultar a los subrepticios millonarios refugiados
y portadores de un botín de guerra, “es algo que
bien se puede pensar”.
La colonia alemana radicada en Villa Gesell “es
una manera de blanquear” -que esto no fue un refugio
de nazis- pero que hubo alemanes pro-nazis
o nazis en la villa, también se debe afirmar. Lo
que nos dice que entre ellos, ¡debió existir una
“grieta”!
Y si uno se pregunta -por la importancia- por
determinar hoy día, si hubo o no nazis en Villa
Gesell, aunque, parezca mentira es plausible responderpor
¡sí! pues un espíritu se hace presente
en la propaganda del lugar “ Goebbels”, miente,
miente, publicita, publicita.
Este fue el balneario “más díscolo” según las costumbres
de la época -drogas, sexo, hippies-y la
mayoría de los visitantes en “los años sesenta”,
hacían lo que querían, para colmo -esa película
de Los Inconstantes-, le da un impulso fabuloso
a Villa Gesell. Cuando se habla de aquellos años,
¡se habla del paraíso de la juventud, del balneario
más europeo, de la libertad! pero todo eso era
-durante el verano-, después, el invierno era otra
cosa. Sin embargo, en el imaginario del turista, Villa Gesell ¡es! la juerga del verano y del libertinaje, -y si eso se permitió-, lo fue por un interés de fondo. Porque si no se puso límite ¡al desdre de los veraneantes sesentistas!, fue para que -ellos centraran-, las miradas de la época.